POETAS

D E   C O L O R

POR

FRANCISCO CALCAGNO.

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Plácido. Manzano. Rodriguez. Echemendía. Silveira. Medina.

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HABANA.

IMP. MILITAR DE LA V. DE SOLER Y COMPAÑIA

CALLE DE RIOLA NUM. 40.

1878

POETAS DE COLOR.

PLACIDO.
JUAN FRANCISCO MANZANO.
AGUSTIN BALDOMERO RODRIGUEZ.
ECHEMENDIA.
ANTONIO MEDINA.

PLACIDO[1].

1.

Es una página muy triste, es una historia de lágrimas y duelo la quevamos á presentar al lector: la vida y muerte de Plácido, la mancha másnegra de nuestra historia política y literaria, el baldon másignominioso que puede echarse en cara á las instituciones y á la tiraníade otros tiempos; la vida y muerte del poeta mártir que hasta hoysepultada en la oscuridad por la presion mortífera del despotismoaguardaba el dia de la libertad para ser revindicada ante los ojos delmundo.

Gran variedad de opiniones y de errores se han emitido acerca delnacimiento de Gabriel de la Concepcion Valdés (a) Plácido, poeta que fuépor su vida y penalidades nuestro Tasso, por su muerte nuestro AndréCheniér:[2] tiene razon la América Poética de Valparaiso cuandoadvierte «que fué raro en todo, en su orígen, en su genio, en sumuerte.» Alguno le supuso fruto de los amores clandestinos de una señorade alto rango con un negro, su propio esclavo, y esta asercion, repetidapor traductores estrangeros, ha sido de las más generalizadas; otros lehan querido dar por padres á una blanca de humilde condicion y unafricano libre; y un biógrafo que pretende tener datos irrefutablessobre su orígen, dice refiriéndose á su padre que fué «un personage cuyonombre omitimos en razon del noble y sagrado ministerio que ejercia» ycomo hijo de madre esclava, le supone tambien esclavo, liberto por lagenerosidad de varios jóvenes á la manera que lo fueron algo despuesManzano y Echemendia[3]. Pezuela cree á su madre natural de Canarias.Nos consta que era de Búrgos y aun vive el poeta Velez que la conoció, yasegura que sobrevivió muchos años á su hijo: y no hemos aun mencionadootro (Aumont) que le supone poseedor de esclavos.

En medio de los comentarios á que su oscuro orígen da lugar, ocurrepensar que ni siquiera toca al siglo pasado. Preso en Trinidad en 1836,en el proceso que se le formó, el mismo Plácido declara ser hijo deblanca: algo revelaba ya su soneto «Ciega deidad que sin clemenciaalguna», pues para una africana ó persona de color nunca hubieraexistido aquel férreo muro del honor, interpuesto entre el maternotálamo y la cuna del hijo.

Por nuestra parte podemos dar por sentado que su padre fué un mulatopeluquero, Diego Ferrer Matoso, su madre una bailarin

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