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S. RAMÓN Y CAJAL
Recuerdos
de mi vida
CON 180 GRABADOS Y MUCHAS FOTOGRAFÍAS
INTERCALADAS EN EL TEXTO
TOMO II
HISTORIA DE MI LABOR CIENTÍFICA
MADRID
IMPRENTA Y LIBRERÍA DE NICOLÁS MOYA
Garcilaso, 6, y Carretas, 8.
—
1917
[p. ii]Es propiedad del autor.
[p. iii]
Este segundo volumen de mis Recuerdos difiereesencialmente del anterior. En el primero, describí los estravíosde una voluntad distraída y sobrado inclinada á los devaneosartístico-literarios. Mientras que, en el presente, se da cuenta decómo, á impulsos del sentimiento patriótico y de la triste convicciónde nuestro atraso cultural, fué dicha voluntad disciplinada yorientada hacia la producción científica.
Si el citado tomo I fué obra de la edad madura, éste constituyelabor de la vejez, pues ha sido redactado durante los luctuosos añosde 1915 y 1916, época de la horrenda guerra europea. Tal retraso enla publicación explica ciertos cambios inevitables de tendenciasy hasta de estilo. No en vano pasan los años y nos adoctrina laexperiencia. Las cosas que á la triunfante luz del mediodía parecíandoradas, se empalidecen, cuando no se tiñen del color complementario,á la claror azulada del ocaso. Con todo eso, he tratado de defendermecontra esa inversión crítica, tan común en los viejos, de la cualconstituye síntoma grave el consabido laudator temporis acti.
Además de castigar algo la enfadosa frondosidad del estilo, hecallado por impertinentes ó nada interesantes[p. iv] muchos episodios de mi vida. Creoactualmente que el tema principal de mi libro debe ser exponer lagénesis de mi modesta contribución científica, ó en otros términos,referir cómo surgió y se realizó el pensamiento, un poco quimérico,de fabricar Histología española, á despecho de la indiferencia cuandono de la hostilidad del medio intelectual. He tenido, sobre todo,presente, que lo único capaz de justificar esta publicación, es suposible virtualidad pedagógica. Ni he olvidado que la mayoría de mislectores son médicos y naturalistas.
El lector ávido de amenidades y ajeno á las ciencias biológicasquedará defraudado. Aconséjole que prescinda de los capítulossalpicados de