C O L E C C I Ó N E S M E R A L D A
COPYRIGHT BY
G. MARTÍNEZ SIERRA, 1920
Tipografía Artística
Cervantes, 28.—Madrid
AL INDICE |
Bajo el pórtico de la quinta llamada Tanglewood, una hermosa mañana deotoño estaba reunido un alegre grupo de chiquillos, y en medio de ellosestaba en pie un joven alto. Habían proyectado una excursión para ir acoger nueces, y estaban esperando con impaciencia a que las nieblas sedesvaneciesen en las vertientes de la montaña, y el sol derramase elcalor del veranillo de San Martín sobre los campos y las praderas y enlos escondrijos de los bosques. El día prometía ser de los másagradables que han regocijado nunca este hermoso y alegre mundo; pero laniebla de la mañana llenaba aún todo el valle, sobre el cual, en unaaltura de suave pendiente, se levantaba la quinta.{8}
La masa de vapor blanco se extendía hasta unas cien varas de la casa.Escondía por completo todo lo que hubiera más lejos, excepto unascuantas copas de árboles, rojizas o amarillas, que surgían aquí y allí,y estaban glorificadas por el sol madrugador, que también hacía brillarla ancha superficie de la niebla. Cuatro o cinco millas hacia el Sur selevantaba la cima de una montaña elevadísima. Quince millas más lejos,en la misma dirección, se alzaba otra mucho más alta, tan azul y etérea,que apenas parecía más sólida que el vaporoso mar de niebla que seextendía so